Tercera Margen
“Es un honor para el Espacio Cultural del Palacio Pereda poder recibir la exposición “Tercera margen”, de Ileana Hochmann, retrospectiva que recorre seis décadas de una extraordinaria producción artística. Esa tercera margen, territorio idealizado entre Rio de Janeiro y el Río de la Plata, pone en evidencia la densa y perene relación entre el Brasil y la Argentina a través de la experiencia, la vivencia y la producción de la artista, de estrechos vínculos con los dos países.Formada en Río de Janeiro, viviendo y trabajando hoy en Buenos Aires, Ileana Hochmann sigue construyendo una obra mayúscula, marcada por la irreverencia y por una fuerte presencia femenina.”
Sr. Embajador Julio Glinternick Bitelli
EMBAJADA DEL BRASIL EN BUENOS AIRES
Embajador: Sr. Julio Glinternick Bitelli
Ministro: Sr. Eduardo Uziel
Agregado Cultural: Sr. Eduardo Roedel
Curaduría por Brasil y texto: María Arlete Mendes Gonçalves
Texto crítico: Fabiana Barreda
Curaduría y producción: Eugenia Baró
Gestión: Majo Bermúdez
Diseño y dirección de arte: Santiago Arce
Eugenia Baró: Tercera Margen: la tercera orilla imaginaria entre Rio de Janeiro y el Río de la Plata
La Retrospectiva de Ileana es un acontecimiento que imagino a partir del momento en que entré por primera vez a su taller en el año 2015. Desde entonces acompaño de cerca su trabajo, su obra de compromiso profundo, un recorrido constante desde sus inicios: la línea de sus primeros dibujos en los que se reconoce una estética claramente brasileña de los años ‘70, sus serigrafías experimentales, y su tránsito hacia la tridimensionalidad revelaban un universo propio.
La Retrospectiva ya era posible, estaba ya constituido un tercer territorio existente a partir de las oscilaciones entre Buenos Aires y Río de Janeiro, la Tercera Margen; un tercer espacio, la posibilidad de moverse en un terreno ambiguo, infinito, con más preguntas que respuestas.*
Pero pasarían nueve años -y una pandemia de por medio- para que este recorrido y lo que había imaginado tiempo atrás se concretaran. Es la corporalidad lo que se hace presente con más evidencia en la imagen a partir del aislamiento social en 2020, y se materializa con potencia.
La mirada sobre el propio cuerpo como resistencia, como portador de memorias y al mismo tiempo de fragilidad y de tenacidad, de Ser humana. Y también de Ser entidad en el sentido espiritual de la palabra, de creación de diosas a través de un sincretismo propio para atravesar el peligro, para recuperar la fe.
La obra se enfrenta a su presente.
Lo inesperado, lo que sorprende, son rasgos característicos de su trabajo, aun cuando reelabora su obra, la actualiza, porque como bien dice ella: una siempre está hablando de lo mismo.
Entonces, ¿de qué habla Ileana? Quizás los indicios estén en el rojo y el negro, en la calidez de los materiales que utiliza, en las mujeres que habitan sus obras desde sus primeras líneas hasta las imágenes de la actualidad.
Quedan invitadxs a recorrer el universo poético de Ileana Hochmann en esta celebración por sus 60 años de trayectoria artística y los que vendrán.
Eugenia Baró . 2024
*Andrea Jeftanovic. La literatura como una tercera orilla: habitar en la ambigüedad. A partir del cuento de João Guimarães Rosa, La tercera margen del río.
Fabiana Barreda: La espiritualidad y la sensualidad como cuerpo
La artista Ileana Hochmann desarrolla una larga trayectoria de construcción sobre el cuerpo dentro de un sincretismo cultural en el campo del candomblé brasileño y su diálogo constante con Argentina.
El dibujo, el grabado, la foto-performance, el video, los textiles, son todos los lenguajes que se expresan en estos 60 años de creación entre Rio de Janeiro y Buenos Aires.
Desde las aguas profundas de Yemanjá hasta las costas del Rio de la Plata la obra de la artista recrea los símbolos femeninos y sus campos energéticos.
A partir del poderoso mundo artístico brasileño como: Lygia Clark, Helio Oiticica, Ernesto Neto, Bispo do Rosario, Tunga, su obra se inscribe en el pensamiento teórico de Adriano Pedrosa y las imágenes del Inconsciente, en este contexto las piezas de la artista van construyendo una poética del cuerpo.
Su obra parte de un punto de vista espiritual, desde los primeros dibujos hasta sus últimas foto-performances – realizadas en contexto de pandemia – sus imágenes están marcadas por intertextos claves con la cultura afro-brasileña. En sus fotografías, las máscaras chané se destacan como un lenguaje decolonial, espiritual, citado en la última Bienal de San Pablo -Cartografías de lo Imposible- creando en sus fuertes auto – retratos una invocación potente de la fuerza de una diosa africana.
Sus escrituras, los grabados y el papel son el soporte por excelencia de los palimpsestos creados en estas citas históricas. En su obra Los mantos crea un diálogo con Helio Oitica – con sus parangoles – uno de los grandes artistas del movimiento antropofágico, permitiendo que el textil una el cuerpo con la danza.
La trama de esta muestra puede leerse desde la mirada psicoanalítica de Suely Rolnik, y la narrativa de Clarice Lispector, el universo de rituales de lo femenino se representan en un dibujo que escribe los bordes de un cuerpo, una manera sensual y guerrera que invoca una transmutación, como en la piezas de Ana Mendieta.
Es la naturaleza el territorio del renacimiento, el lugar donde las deidades protegen a los humanos y les dan sus máscaras para se tornen divinos.
Fabiana Barreda
María Arlete Gonçalves: De un lado, Buenos Aires. Del otro, Rio de Janeiro.
Dos ciudades, dos países, dos lenguajes que se mezclan y ninguna frontera para el territorio identitario, afectivo y expandido de Ileana Hochmann a lo largo de su carrera artística. Enraizada en su historia personal -en permanente diálogo entre el pasado, el presente y el devenir- la obra de Ileana es también universal, ya que incesantemente se sumerge, con la mente y los ojos abiertos, en las diferentes capas de lo profundo femenino, para hacer emerger toda la potencia de su mirada y una capacidad casi inagotable de reinventarse ella misma como mujer y como artista.
Es en el cuento La tercera orilla del río, de João Guimarães Rosa, donde encontramos la brújula para una lectura posible del proceso y de la obra de Ileana, en constante “re-evolución”. Está ahí, en el margen invisible, no-lógico y trascendental del río, -como metáfora de la vida-, que la artista transita entre lo ancestral y lo momentáneo, entre recuerdos, vivencias, luchas y emociones que se retro alimentan, en ebullición continua, para desbordar, en la acción, hacia los dos márgenes reales, concretos y visibles del arte contemporáneo.
La identidad porteño-brasileña, la formación en los “años rebeldes” de la llamada contracultura y la elección por la serigrafía no convencional imprimieron en la obra de Ileana, una estética libertaria, singular y, al mismo tiempo, múltiple. Una estética que rompe límites y expande cada vez más el objeto artístico recurriendo a diferentes técnicas, herramientas y soportes para imprimir su narrativa arqueológica-poética-contemporánea sobre la condición femenina en las últimas seis décadas.
Aislada durante la pandemia, la artista se atreve a experimentar otro lenguaje, utilizando también una nueva herramienta: el celular. Utiliza su cuerpo como territorio político femenino y demuestra, una vez más, que la juventud reside en el flujo constante de la creación, y no en el tiempo ya vivido.
De la letra al cuerpo. De lo personal a lo colectivo. De la desnudez a lo sagrado. De la basura a la belleza. Del corte al puente. El parto, la sangre, la costura. De afuera hacia adentro, de adentro hacia afuera. Simultáneamente. Aquí y ahora, en la retrospectiva de Ileana Hochmann.
María Arlete Gonçalves